viernes, 8 de agosto de 2014

De pie...



DE PIE
Por Capmont Teyotl



¿Y porqué he de sentarme? Si a la mesa nadie me espera.

Hoy comeré así de pie, en tanto esté solo en casa. Se ha ido mamá, todos se han ido; mis hijos, mi amada...


Mis visitas igual se han marchado. Otros familiares cercanos tomaron igual camino.


Recientemente invité a un vecino acompañarme a la sagrada tabla. Pude notar que en breve salió con ojos desorbitados por cosas que le decía, o quizá fue nadamás por cómo le hablé de mi. En mucho lo vi incrédulo, “me tiró de a loco”.

¡Porqué no comer parado siempre!


Los albañiles en las obras que levantan las casas con prodigiosas manos, bien presurosas, del todo apuradas, siguen este sentir.


¡Insistó!


Los infantes de marina, los soldados, con sus fusiles al hombre en campaña, previniendo la batalla, perduran también.

Así ha de ser, porque de esta manera me recuerdo frente a la tumba de mi hermano pequeño que la vida me dio; cuando estoy tratando descifrar su lápida.

¡¡Parado, siempre parado!!

Es como contemplo mejor las flores que da mi tierra;
de pie, porque en medio del fuego no puedo, no debemos, estar quietos.

Mi corazón indica: como ante las ofrendas al Señor, a la entrada del tabernáculo...




¡Amén!


1 comentario:

ColEsp dijo...

Animo! Aquí estamos , nosotros ,los otros, los de siempre los amigos que siempre estaremos los que nunca nos vamos los que aunque no estemos presentes ahí estamos; de pie o como sea estamos aquí en este viaje único sin vuelta, sin regreso.
Aquí estamos , como dijera Alejandro Casona...
Muertos por dentro, pero de pie. Como un árbol...