sábado, 1 de octubre de 2011

AQUEL LIBRO


AQUEL LIBRO



Existía cierto libro de elegías mal idealizado;
triste y vago por su cruel destino, solo era receptor de dolores y ortografías
mal concebidas, solo sombras de grandes poetas mal citados podía atisbar en
ciertos escritos que albergaba en sus hojas, solo lagrimas y deseos frustrados
de su dueño eran lo constante de sus días; y lo peor era el nombre ingrato
que albergaba en su escabrosas palabras, se repetía una y otra vez con la
intensidad de un eco eterno e insoportable; su existencia no era dichosa,
nacido de hojas negras para inspirar profundidades, hojas que solo admitían
tintas brillantes y de gloriosos colores para resaltar. En su origen jamás
sintió que su destino era ser depositario de un alma triste y ebria, una mente
mal articulada, de un sentimiento intenso, tan intenso que el limitado ser que
lo poseía no lograba liberar con éxito y se transformaba en frustración,
frustración que descargaba en el pobre libro sin atisbo de ideas.




Con el tiempo, fue encontrando sentido a las
letras de su amo, comenzó a sentir compasión por las manos que lo maltrataban y
ensuciaban, le susurraba al oído por las noches para consolarlo, le abría sus
hojas para darle espacio a sus tristes y primarios sentimientos, para que
desahogara esas frustraciones de amor y desamor, de amistad y traición, de odio
y resignación; sin darse cuenta, también comenzó a amar aquel nombre que odiaba
tanto, llegó el tiempo en el que ya solo esperaba que su amo lo escribiera para soñar con sus letras y
abrazarlo entre sus hojas; ahora compartía el sentimiento atrapado de el autor de los
caracteres y las emociones.




El libro estaba dispuesto a vivir y morir por los
sentimientos de su dueño, cada hoja que el arrancaba con odio era igualmente
despreciada por el libro sin impórtale que fuera parte de si, odiaba a aquellos
traidores que saboteaban a su amo, que impedían la dicha y felicidad de ambos
para lograr unirse a ese nombre tan odiado y amado a la vez; el pobre libro se
encontró sumido en la desesperación, ya hacia largo tiempo que olvidó sus
sueños de grandeza y se entrego a las letras y emociones oscuras de su maestro,
hace tiempo que ama y se desespera por ese nombre de triste recuerdo.




El maltratado libro sabia que la situación
llevaría a ambos al desastre, algo tenía que hacerse, el libro sabia que si su
amo no tenia el valor, él gustoso se sacrificaría por la causa de aquel pobre
enamorado; por mas que le doliera, se tenia que separar de su señor, y en ultimo
y desesperado intento, hacerle conocer a aquella causa de su desgracia los
sentimientos amargos e intensos que contenían sus hojas. El plan estaba listo,
cada noche le murmuraba a su amo durante su sueño, le hablaba de valor y
esperanza, le narraba historias de épicos enamorados, de corazones cobardes que
jamás conocieron el amor, de heroísmos y de traiciones, lo motivaba a entregarlo a esa ingrata.




Así sucedió, un día el valor se apodero del hombre
y fue a entregar el libro a esa mujer, hombre y libro solo se alcanzaron a
darse un breve adiós mutuo, el libro cambio de manos y se sintió aliviado; al fin
dejaría de ser un secreto. Cada que ella, en su intimidad, leía sus hojas,
sentía que el peso de todas esas pasiones lo abandonaban, el amor profundo que
sentía por ese nombre se transformo en feliz recuerdo, entendió que su antiguo
amo jamás tendría oportunidad de conquistar el corazón de una mujer tan simple
y vanidosa como su nueva dueña, un pensamiento triste para ese hombre. Pero en
el fondo, el viejo libro se sintió aliviado, de algún modo su misión de existir
se había completado; había recibido grandes cargas de emociones y poseía el
placer de lograr transmitirlas a su destinataria, el hombre seguía solo, la
mujer seguía jugando; pero ya no importaba su destino, el libro al fin era
felíz.




MRA


Martin Neria


http://colectivoespacios.blogspot.com


"rÉvolución o suerte"