Este poema que hoy está naciendo,
Nacerá muerto sin ojos y sin boca.
Será un poema errante, un verso monstruo
de esos que se encierran en la torre más alta.
Alejados del mundo, sin velas y con gruesas cortinas del techo al suelo.
Nacerá sin ojos para no ver la luz ni por error,
Porque no quiere darse cuenta de toda la mierda miserable que ha llenado la tierra,
las ciudades, los pueblos, las cárceles -casa, el trabajo-encierro, la verdad-mentira.
Y los ojos que giran y giran y giran como locos inmundos
buscando la salida hacia otro encierro un poco más soportable.
Y nacerá sin boca para no gritar sandeces a los cuatro vientos
ni blasfemar ni mentir.
Ni cantar... ¿para qué?
Ni lamentarse... ¿por quién?
Ni llamar a gritos al seguro social o a la Cruz Roja pidiendo auxilio.
¿Para qué?
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