IRA FUROR BREVIS EST…
Sentado bajo las sombras, recordando esos espectros recientes de tu desdén, tu desprecio, tu falta de sentimientos; solo parece que puedo recordar tus palabras, tu dulce voz repitiéndome todas las emociones que despertaba; pero tus acciones, tu olvido, tu ocultamiento, tu perenne duda han terminado en un soplo lo que me costo años reconstruir… y de eso no queda nada, nada que sustente la razón de la felicidad, nada que me obligue a respirar el aire con alegría, nada que me haga abrazar la vieja almohada e imaginar que eres tu, nada que evite que reconstruya esta mi amada coraza, que vuelva a erigir mis bellos muros encalados adornados con frescos y grabados de viejas victorias.
Sentado bajo las sombras, recordando esos espectros recientes de tu desdén, tu desprecio, tu falta de sentimientos; solo parece que puedo recordar tus palabras, tu dulce voz repitiéndome todas las emociones que despertaba; pero tus acciones, tu olvido, tu ocultamiento, tu perenne duda han terminado en un soplo lo que me costo años reconstruir… y de eso no queda nada, nada que sustente la razón de la felicidad, nada que me obligue a respirar el aire con alegría, nada que me haga abrazar la vieja almohada e imaginar que eres tu, nada que evite que reconstruya esta mi amada coraza, que vuelva a erigir mis bellos muros encalados adornados con frescos y grabados de viejas victorias.
Adiós linda, bella mujer, te adore intensamente por unos días, pude haber abierto tus ojos a un mundo maravillosos lejos de las obscuras experiencias que te llenan, pude haber dispuesto de tus amargos recuerdos y transformarlos en un mal sueño y abrirte camino hacia la esperanza… pero tu no me dejaste.
El viejo corazón ha sido una vez mas derrotado, la inteligencia desdeñada, me convertí otra vez en ese ser de sentimiento y realidad, de dulzura y compasión; pero me temo que este fue su golpe mortal, el pragmatismo me invade, los sueños se escaparon… ya no volveré a sentir, ya no volveré a tener valor, ya no volveré a vivir. La sobrevivencia me abre sus brazos en aras de lo urgente, y ahí no tienes cabida, ni tu ni los sueños.
Odio el día, odio el amanecer, odio la noche que me recuerda constantemente a ti, odio profundamente el sentimiento que provocaste…
Te odio hasta amarte, mujer.
Me sorprende lo inocente que fui…
MRA