jueves, 2 de junio de 2011

CUATRO DEL MISMO TEMA

Se acerca el ingrato aniversario del adiós a la última gran conquistadora de mi corazón (por el momento), y les comparto cuatro escritos enviados y ahora publicados en aras del afán colectivista de la transparencia (se le ha avisado a la receptora y hemos sido aprobados)... Si tienen duda, el recuerdo hoy es felíz.

Disculpen la fraseología pretenciosa, eran los 90's.





Sentimiento Perfecto

Tenía la certeza que la comunicación total era imposible, que la fidelidad eterna era un mito de reyes y dioses; estaba absolutamente cierto que la lujuria pura y el sentimentalismo puro eran opuestos en un espectro de sensaciones y que era imposible su convivencia en un mismo instante, en un mismo ser y hacia el mismo ser; estaba terminantemente en contra de aquellos que sin ninguna experiencia propia o de primera mano teorizaban sobre la relación perfecta y sobre el sentimiento perfecto. Y lo recuerdo bien, tú también estabas en contra de tan desquiciante teoría.


Es interesante el poner en perspectiva como nos entendemos en los asuntos de la teoría y la filosofía de la vida; que esto no quiere decir que en algún momento compartamos todos los puntos de vista, pero en la contradicción y el debate nos encontramos absolutamente cómodos y ciertos de que lo que nos decimos y rebatimos esta sustentado en una reflexión, en una experiencia o en una curiosidad perpetua, lo cual nos da un entendimiento que va mas allá de apropiarse u otorgar la razón en forma permanente y sin sentido.



Y vaya que es divertido, tan divertido como cuando nos entregamos a la sin razón; cuando decidimos que es momento de entregarse a la inconsciencia de las veleidades de el vicio, o el entretenimiento malsano en la confabulación de la burla en la desgracia ajena y la defensa a ultranza de la nuestra; tal diversión y complicidad es difícil que las encontráramos en otros que no fuéramos tu y yo. Es imposible encontrar esa confianza en otra que no seas tú, y otro que no sea yo; y vaya que lo hemos pensado e intentado.


Era en esos momentos que una pequeña duda comenzaba a asaltarme, una pequeña picazón en medio de toda esa vorágine de gratas sensaciones que me provoca tu cercanía. Pero era tremendamente confuso; como cuando rocé tu mano en ese descuido y las miradas se encontraron y se enlazaron, solo por un segundo, pero su incomodidad resulto eterna; o ese breve y casi imperceptible dejo de despecho que me dedicaste cuando te conté de la amiga mutua que pretendí me amara por unos días; ese celo breve pero de una intensidad descomunal cuando se te acercaba algún tipo y me preguntabas que me parecía, y la tortura de decirte con la sonrisa en el rostro que el era tu ideal, pero por dentro alojaba los celos y el sentimiento de culpa por no saber ser amigo incondicional abandonando esos ardores absurdos que me agobiaban.


Fue cuando me di cuenta que no solo te notaba en la amistad, me di cuenta que también me despertabas sentimientos y sensaciones intensas; me despertabas pasión, lujuria, deseo, me provocaba contemplar tu figura cuando no lo notabas, la sensación de tu cercanía inundando mis sentidos; pero el mayor suplicio era ese aroma delicado pero despiadado que me atraía y despertaba a la bestia y al protector; y la perenne tortura de tenerte a mi alcance, pero sin embargo no podía estirar mis brazos, tocarte, y conocerte en toda tu magnificencia; no podía simplemente dar rienda suelta a un apasionamiento que se erosionaba en el día, pero en las noches, con tu solo recuerdo volvía a tomar el ímpetu anterior y al contrario, ganaba fuerza, como si se alimentara de mi frustración.

Es que es me es imposible no desearte, como no hacerlo cuando tienes esa maravillosa forma, cuando tu andar es ese sutil balanceo que llama mi atención y me hipnotiza transmutándome en lo que desee tu voluntad; es difícil resistirse a tu nívea piel que refleja los colores del otoño convirtiéndolos en la luz pura que me ciega ante cualquier otra tentación; el ansia que me despierta la línea de tu cuello y las contexturas de tu faz, faz que emerge en medio de la exquisitez del mármol vivo y sensorial que se convierte en la paradoja de mi idealización anterior y actual; quiero vivirte en el hoy y en el mañana, quiero que seas mi ocio y mi labor, quiero que seas tu mi único sueño y mi eterna realidad.


Te imaginaras la alegría que me provocaste ese día inesperado, ese día que trastoco mi calendario y realidad; lo importante que fue ese momento en mi existencia, lo que significo ese breve instante; esa pequeña coincidencia que nos regalo la esa gratísima soledad, cuando el mundo dejo de girar para que tuviéramos el tiempo exacto para abrir esa caja de ajena combinación que guarda el tan vapuleado y mal citado amor. Es un momento que se revive constantemente en mi memoria, el momento en el que por fin nos vimos directamente a los ojos sin hablar sobrepasando la incomodidad inicial, pero que al pasar de los segundos es como si se abrieran las compuertas de las almas desfogando todos los sentimientos guardados y reprimidos, expresando la sinceridad perfecta, expresando los silencios y gritando las angustias, ese momento en el que me di cuenta que no estaba solo en las ansiedades anteriores. Después vino el primer contacto físico, el de esas manos que por fin se estiraron y nos tocamos por primera vez, por primera vez como los amados, por primera vez como el lazo del deseo, por primera vez con sinceridad y perfecta verdad. Sobrevino la cercanía total, olvidando los resquemores y preponderando la importancia que nos damos el uno a otro por sobre cualquier realidad y ensueño. Ese fue el momento de la declaración tácita del sentimiento, ese fue el fin de nuestro largo prólogo y el inicio de la melosa y tirana realidad.


Es lo que nos lleva al hoy, es lo que nos lleva a este momento, en el cual eres lo que me mantiene cuerdo pero me incita a la locura, eres mi confesora y confidente, eres mi única ansiedad y deseo descomunal; no puedo concebir siquiera el compararte con alguien mas, es simplemente imposible que yo pueda atréveme siquiera a intentarlo. Por eso provocas mi fidelidad eterna, por eso provocas que quiera entender todo de ti, pero no a ciegas, sino con el convencimiento real de que conozco tu realidad y comparto tu éter.


Por todo lo que somos y seremos aquí y en la distancia, por lo que me provocas y te provoco, por toda la pasión y el romance que nos inspiramos, por la comprensión deseada y por todas las charlas que constantemente renovamos, por esa afición a la diversión insana que compartimos, porque te leo y me lees, porque amamos las artes y amamos el masoquista encanto de lo banal, porque me corriges y me dejas corregir, porque soy terco y tu obstinada, porque odiamos distinto pero odiamos lo mismo, porque te conozco y me conoces, porque compartimos la certeza de nuestra sinceridad, porque te deseo y me deseas, porque te amo y me amas…

Por eso somos el sentimiento perfecto.

MRA



Mara


Mañana de Diciembre, marcho hacia tu encuentro, los nervios de tu visión me siguen invadiendo como el primer día; solo en imaginar que aguardas me convierte en el simple hombre, olvidando mis certezas y fortalezas, dejando atrás viejas supersticiones y mi tan preciado orgullo de supervivencia; solo te pienso, solo te sueño.

Nombre de épocas de encanto, mujer de deidades terrenas, calor de esencias inenarrables; tus palabras describen el ocaso como si este no existiese, gritan la realidad envuelta en seda, susurran calidez en el porvenir; carácter anclado en la confianza de tu vida, impasible a la marea, sensible a la luna; filosofía de resplandeciente facilidad, humor de matices extremos, sonrisa que destruye cualquier resguardo contra tu devoción, lagrimas que socavan y aturden los sentidos.

Ser entero e irrepetible, evocando las bellezas y cualidades que los homéricos trataron de imprimir en los tiempos sin lograr tus laureles; rostro enmarcado en esplendente ébano, portando los ojos de mi destino bajo el brillo de tu exquisitez, nariz que divide la expresión teatral mas sincera que esté descrita, labios de sentidos despiertos y artes diestras; figura sinuosa de carne y plata, de entusiasmo y redención, formas perpetuas de contemplación; aromas dulces de poesías selectas, pasos de ritmo indeleble, modales que confirman los ánimos callados.

Estoy cerca, cada paso me obliga al subsiguiente, cada sonido enmudece progresivamente, los colores dejan de tener importancia, los conocidos se vuelven extraños, solo arrastro los instantes que me llevan a encontrarte ahí, considerando el entorno, sintiendo tu ser, deleitando el momento.

Estoy arribando en medio de la bruma y frió del invierno, pensando si estarás ahí, ahí donde tus brazos me rodearon por primera vez; donde dejé de ignorar mi estremecimiento; donde con palabras pasionales y tactos mortales decidimos amarnos sin aprehensiones; donde te saboreé por primera vez y paladeé sabores de inclemente suntuosidad; donde tus aromas tomaron por asalto mis recuerdos evitando que otras memorias se interpusieran entre ellos y mi ser; donde la nueva sensación de tu piel calida rindiéndose a mi tacto grabó en la roca de mi breve eternidad tus ecos de efusión; donde me enrede en tus cabellos añorando una prisión perenne; donde escuche tus voz de ronca sensualidad llamando mi nombre y sincerando tu alma, quebrando mi última coraza contra el sufrir; donde dejé abandonada mi alma a tu potestad; donde abrimos nuestros seres enteros, terrenos y etéreos, para introducirnos y cobijarnos mutuamente, para convertirnos en deidades, para esperar que el tiempo se contuviera y la existencia solo la viviéramos tu y yo.

Llego, mi respiración se interrumpe al observarte sentada en el mismo lugar donde te redescubrí, serena y calmada; hasta que me ves, iluminando tu mirada y desmembrándome con tu sonrisa, cada paso es eterno y fugaz, tu cercanía me reta a reducir la distancia. Hasta que estas a mi alcance… tocando mi hombro… rodeando mi cuello… acercando tus labios… acariciando los míos sumidos en el húmedo abrazo…

Sin decir nada nos sentamos ceñidos en calma, sumidos en un silencio; silencio que es decirnos todo, silencio grato, que nos permite pensar y concebir nuestros propios sentimientos, nuestros propios deseos, nuestras propias aspiraciones.
Cómo te he amado, cómo te he deseado, cómo te he sentido.

Estoy aturdido, no distingo el ayer del hoy, los minutos de los años, no se si esto lo estoy viviendo ahora o lo viví hace cien años.

Pero no importa…
Nada más importa.


MRA


Amanecer

El sol llega, mi cabeza aún esta confusa, los efectos de la noche son largos y desesperantes, hace unas horas creí que seria una mañana gloriosa, pero no fue así. Creo que ella sigue en su lecho, y sin embargo te sigo comparando y sigues derrotando todo lo que te pongo enfrente. A pesar que tu adiós pasó algunos meses atrás eres irrepetible, única, inigualable, eres inadvertidamente cruel aún en tu ausencia.





En verdad creí que esta noche tu recuerdo seria finalmente vencido, pero a pesar que ella es despreocupada, sincera, genial, de formas absorbentes y hermosamente divertida; sigue siendo una pálida sombra a lado de tu recurrente insistencia de prevalecer en mi pensamiento. Finalmente comprendo, es gigantesca la tarea de abandonarte en el tintero; me rindo, eres imposible de olvidar, imposible dejarte de lado.





Y me trae sentimientos encontrados, como la vileza que me invade al saber que simplemente dispuse de ella como una venganza sin sentido contra ti, convenciéndola de teorías y verdades que jamás se han aplicado a mi entendimiento y a mi conciencia de humanidad; la vergüenza de saber que tomé todo de ella sin ninguna sensación de mi parte que justificara su entrega; la confusión de seguir en el juego, evidenciando mi hipocresía y continuar con ella a pesar de no tener estremecimiento alguno mas que la cercanía de su cuerpo, sabiendo que el acto mas honesto seria decirle adiós contándole la cruda verdad de mis entrañas, pero en ello le destrozaría la confianza en mi y sabría que todas las confesiones e intimidades que me deposito han sido arrancadas en aras de una mentira, destrozándole su eterno y sincero sentimiento hacia mi.





La decisión aún esta en el viento, pero lo que si es seguro es que esa obsesión de tu anhelado olvido será puesta de lado, ya no luchare ante tu recuerdo; y jamás volveré a mentir para lograr la satisfacción momentánea de la piel o la cura eterna al corazón, todo en mi será una gran verdad y todo lo que logre será a través de ella.





No se si tu regreso este a mi alcance o sea solo un sueño de un hombre derrotado, pero me rehúso a vivir en las sombras. Extraño el punzante brillo de tu mirada de obsidiana, esa mirada que me reconocía el la lealtad y me recriminaba en la malicia, pero que sabía que todo yo era honestidad y emoción; esa mirada que me manifestaba el sentimiento perfecto.





Ya no soy ni seré aquel que alguna vez caminó a tu lado, pero jamás lo volveré a traicionar.

MRA@MRA




Adiós


Encuentro perverso el olvidarte en el vapor que se desprende de mi vida,

Desvaneciéndose cual aroma de centurias obscuras en medio de lo pragmático

Sin esperanza de sobresalir del recuerdo que atrapa la realidad.

Deseo no olvidarte jamás.

Pero los tiempos fluyen contrarios,

Y todo lo que queda después de lo breve es la inevitable resignación del ayer.


Tan corto,





Tan mudo,





Tan ajeno,





Siempre perteneciéndote,









Solo tuyo,

De nadie más.

MRA








Martin Neria Franco
http://colectivoespacios.blogspot.com/
"rÉvolución o suerte"